Trasquilada

¿Me estás retando?

Los retos de escritura pueden producir resultados muy interesantes. Este es uno de ellos. Sí, así como lo leen, fue un reto

La idea era practicar los diálogos, pero con un par de complicaciones: 1) tendrían que ser de tres a cuatro personajes y 2) no podía haber acotaciones ni ninguna intervención de narrador alguno.

Esto es lo que salió, y fue publicado en la antología Los filos del Bisturí.

Trasquiada

—Ay, Juanita, espero que tú sí hayas aprendido cómo, porque la Lupe me trasquiló la última vez que vine.

—No se preocupe, doña Cleo, yo sí sé como le gusta a usté.

—Pues yo estoy feliz de venir con Lupita. Es más, vengo cada tres semanas a que me retoque. Siempre me atiende de maravilla.

—Ay, Esther. Seamos sinceras. La única razón por la que vienes con Lupita es porque te gusta, y ella te coquetea.

—¡Cleo!

—Que Cleo ni que nada. Las cosas como son. ¿No, Juanita?

—Yo no sé nada, doña Cleo.

—No sabes nada. Ja. ¿Entonces porqué te reíste?

—Buenos, es que…

—¡Ya dejen de hablar tonterías, ahí viene Lupita!

—Hola Esthercita, ¿cómo ha estado mi clienta más bonita?

—¡Cleo, no te rias!

—Es que te pusiste roja como tomate… ¡Ay!

—¡Perdón, perdón, perdón, Esthercita! Que pena. Cuando le pegó a doña Cleo, usté se movió y pues… se me jué la tijera.

—¡¿Ese mechón es mi cabello?!

—No se preocupe, Esthercita. Hace un rato vi un corte que le quedará muy bien. Ya vengo, voy por la revista.

—¿Ya ves, Juanita? Te lo dije: ¡trasquilada!