El niño interior

2/03/2020

Dialogando con mi niño interior

Los lunes son días de relatos, no para mis pensamientos y, como estaba teniendo problemas para escribir el relato de hoy, decidí conversar con mi niño interno y practicar mis diálogos.

—Una de las cosas más difíciles del mundo —dijo el hombre—, es crear historias de la nada.

—¿De la nada? —preguntó el niño.

—Si, de la nada.

—Pero, ‘pá, ¿cómo puedes crear algo de la nada?

—Bueno, es como si esta energía…

—Ehhh…

—¿Si, mijo?

—‘Pa, no es que quiera contradecirte, pero…

—¿Pero…? —dijo el papá, divertido.

—Bueno, tu sabes…

—Oh, vamos. Sabes que no muerdo. Escúpelo ya.

—Mi maestro de ciencias dijo que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma, así que… si tu dices que la estarías son como energía, entonces no deben venir de algún lado?

—¡Me cachaste! —El padre soltó una risita.

—Entonces, ¿de dónde vienen las historias?

—Vienen de ti, de mí, de todo lo que vivimos, lo que experimentamos y observamos; vienen de nuestros recuerdos, nuestros sentidos, nuestros sentimientos, nuestros sueños, nuestros deseos, nuestros miedos. Son, en esencia, todo lo que nosotros somos, lo que hemos sido.

—Entonces —dijo el niño—, después de todo tenías razón. Las historias se crean cuando transformamos nuestros pensamientos y recuerdos en palabras, ¿cierto?

—Si. —Rio el padre—. Yo no podría haberlo dicho mejor.